Son conductores que se aprovechan de la ignorancia de los
turistas que llegan al aeropuerto de Barajas. Particulares que se hacen
pasar por taxistas, y que llegan a cobrar a los clientes hasta el triple
de lo que cuesta el mismo recorrido en un taxi normal.
Mientras los taxistas aguardan su turno en el Aeropuerto de Barajas, dentro de la terminal los taxistas piratas
están al acecho para captar clientes. Aprovechan el desconocimiento de
los turistas que llegan a Madrid para cobrarles hasta el triple por un
trayecto.
Encontramos otra modalidad de taxistas
piratas. Son los que ofrecen sus servicios por la calle a través de
anuncios. Llamamos por teléfono y, a la hora acordada, aparece un hombre
conduciendo su coche particular que incluso tiene el vehículo a la
venta.
El recorrido resulta más largo de lo
esperado. El conductor se pasa la salida y, después de media hora,
llegamos al aeropuerto. Nos cobra 40 euros. Hacemos el mismo recorrido
con un taxi oficial, que nos cuesta casi la mitad. El taxista ilegal nos ha estafado 18 euros.
En España hay unas 65.000 licencias de
taxi. En muchas ciudades, el sector sigue reclamando medidas para
perseguir el intrusismo.
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